La cumbre migratoria celebrada en Palenque, Chiapas, que reunió a líderes de México y otros 11 países latinoamericanos para abordar la crítica situación migratoria hacia Estados Unidos, culminó con la firma de una declaración conjunta que busca transformar las políticas migratorias en la región.
Alicia Bárcena, la canciller mexicana, fue la voz en el pronunciamiento consensuado y convocado por el presidente azteca Andrés Manuel López Obrador. En su discurso, Bárcena instó a las naciones involucradas a adoptar políticas migratorias integrales, centradas en el respeto y la protección de la vida y dignidad de los migrantes y sus familias, además de promover vías de regularización permanente.
México se comprometió a compartir su experiencia y recursos a través de iniciativas de apoyo social como “Sembrando Vida” y “Jóvenes Construyendo el Futuro”. Estos programas están diseñados para potenciar la agricultura y la empleabilidad juvenil, además de fomentar proyectos relacionados con el gas y las energías limpias. Se enfocará en lograr la autosuficiencia alimentaria, proteger el medio ambiente, garantizar el suministro energético y fortalecer tanto el comercio y las inversiones como la lucha contra las redes criminales.
Durante la cumbre, los gobiernos participantes también expresaron su compromiso con fortalecer las relaciones comerciales en la región y se hizo un llamado claro a la eliminación de sanciones y “acciones punitivas”, haciendo referencia a los gobiernos dictatoriales de Cuba y Venezuela.
Haití recibió un apoyo unánime de los países participantes, comprometiéndose a ayudar a restaurar condiciones seguras y estabilizar la situación política del país. Además, los líderes acordaron trabajar conjuntamente en la reestructuración de la arquitectura financiera internacional, enfocándose en la deuda soberana latinoamericana.
La cumbre también puso énfasis en mejorar la movilidad laboral y promover la reintegración y retorno de trabajadores temporales. Se solicitó a los países de destino ampliar las vías seguras y reguladas para la migración, adaptándose a las realidades actuales de la región.
Bárcena recalcó la necesidad de que los países de destino adopten políticas migratorias coherentes y justas. Resaltó la importancia de abandonar prácticas selectivas e inconsistentes que han prevalecido hasta ahora.
La declaración final, compuesta por 13 puntos clave, fue firmada por los jefes de Estado de Colombia, Cuba, Haití, Honduras y Venezuela, junto con el vicepresidente de El Salvador, el viceprimer ministro de Belice y ministros de Costa Rica, Ecuador, Guatemala y Panamá.