La travesía migratoria de los cubanos ha experimentado un cambio drástico, optando por rutas menos peligrosas que la selva del Darién.
Entre enero y julio de este año, solo 524 migrantes cubanos se aventuraron a cruzar esta zona selvática entre Colombia y Panamá, un contraste marcado con los 17.157 que optaron por rutas terrestres en Honduras. Estos últimos, en su mayoría, arribaron a Honduras vía aérea, aterrizando en Nicaragua, un país que desde hace casi dos años mantiene una política de libre visado con Cuba.
Diariamente, se registran entre 10 y 20 vuelos que traen a extranjeros de Haití, República Dominicana y Cuba a Nicaragua, según informes del diario La Prensa. Este fenómeno se ha intensificado después de la crisis migratoria de 2015, cuando la selva del Darién fue el principal punto de concentración para los cubanos en ruta hacia Estados Unidos. Ahora, Nicaragua se ha convertido en la puerta de entrada preferida para el exilio, en gran medida gracias a la política de visados de su gobierno, alineado con los intereses del régimen de La Habana.
Mientras tanto, El Salvador, otro punto de tránsito para migrantes de otros continentes, ha implementado una tarifa de 1.000 dólares, más el 13% de IVA por pasajero, para viajeros de 57 nacionalidades, principalmente africanas e india. Esta medida, denominada “mejoras aeroportuarias”, entró en vigor el 23 de octubre y ha generado un impacto en el flujo migratorio.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reporta que 4.100 africanos han cruzado el Darién, mientras que miles han optado por la ruta aérea a través de El Salvador. Sin embargo, los cubanos y otros latinoamericanos, por el momento, están exentos del pago de esta tarifa.
Expertos en migración, como el periodista nicaragüense exiliado Miguel Mendoza y Manuel Orozco, director del programa de Migración Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, señalan que estas dinámicas migratorias están siendo utilizadas por el gobierno de Nicaragua, liderado por Daniel Ortega, para obtener beneficios económicos. Ortega emplea el aeropuerto de Managua como un puente para los migrantes, especialmente haitianos, en su ruta hacia Estados Unidos, generando ingresos significativos para su gobierno.
Las rutas migratorias de los cubanos han estado en constante cambio, adaptándose a las políticas de visado y las condiciones en los países de tránsito. Nicaragua ha emergido como un punto clave en este éxodo, mientras que medidas implementadas en otros países, como El Salvador, están redefiniendo el panorama migratorio en la región.