Una avalancha de migrantes sin precedentes, compuesta en su mayoría por venezolanos, cubanos y haitianos, ha desencadenado una declaración de estado de emergencia en Costa Rica. El presidente de esta nación centroamericana, Rodrigo Chaves, se ha visto obligado a tomar esta medida ante el abrumador flujo de personas que ha sobrepasado la capacidad institucional para atenderlas.
El territorio costarricense se ha convertido en un punto crítico en el paso de los migrantes hacia la frontera sur de Estados Unidos. En lo que va de septiembre, más de 60,000 indocumentados han cruzado por Paso Canoas, en la frontera con Panamá, marcando un aumento drástico desde agosto, cuando el cruce diario alcanzó los 2,700 individuos, casi tres veces la cifra de julio.
“La cantidad de personas que llegan sobrepasa la capacidad institucional para atenderlas”, señaló el viceministro de la presidencia, Jorge Rodríguez, quien está coordinando los esfuerzos ante esta creciente crisis. El aumento en la demanda de servicios, generación de residuos y presión sobre la movilidad de la comunidad ha alcanzado niveles críticos.
La declaración de emergencia otorga al gobierno costarricense poderes especiales para canalizar recursos adicionales hacia las comunidades afectadas, sin la necesidad de consultar al poder legislativo. Esta medida busca abordar de manera más efectiva la situación que enfrenta el país.
Costa Rica no es el único país de la región en enfrentar esta crisis. Panamá, vecino de Costa Rica, ha contabilizado un asombroso total de 390,000 migrantes atravesando la Selva del Darién desde principios de 2023 hasta el 23 de septiembre, superando ampliamente las cifras del año anterior.
Además, el Grupo México Transportes, conocido como Ferromex, ha suspendido temporalmente los viajes de 60 trenes de carga hacia el norte del país debido al aumento significativo de migrantes que utilizan este medio de transporte de manera clandestina. Esto refleja una nueva oleada migratoria en México, que ha repuntado desde la expiración del Título 42 en mayo pasado.
La crisis migratoria en Centroamérica continúa siendo un desafío significativo en la región, con implicaciones no solo para los países de tránsito, sino también para las comunidades afectadas y los propios migrantes en busca de una vida mejor en Estados Unidos. El gobierno de Costa Rica, junto con otras naciones de la región, busca abordar esta compleja situación de manera efectiva y humanitaria.